Entrevista a Xosé Castro Roig TAVArgentina 15 junio, 2015 Encuentros y jornadas, Entrevistas, Eventos, Subtitulado, TAV Por la Comisión de Artes Audiovisuales del CTPCBA Xosé Castro Roig, orador invitado al Simposio Hispanoamericano de Traducción Especializada y Nuevas Tecnologías, nos invita a participar del encuentro y del taller presimposio que dictará sobre «Tropiezos habituales de la traducción audiovisual de inglés». ¿Cuándo comenzaste a dedicarte a la traducción audiovisual y qué te llevó a elegir esta especialización? En España solo existía una cadena de televisión pública (Televisión Española, tve), pero en 1989 se liberó el mercado de televisión y surgieron nuevos canales privados. Por este motivo, en 1990 —justo cuando yo me mudaba de mi Coruña natal a Madrid— se produjo una enorme demanda de traducción audiovisual, dado que la mayor parte de los programas que se emitían en estas televisiones eran extranjeros. Por eso yo siempre digo que no me especialicé, sino que fue el mercado el que «me especializó». Estaba el sitio adecuado en el mejor momento. ¿Qué características distintivas tiene el mercado de la traducción audiovisual en España? Quizá lo más característico sea que España es el país hispanohablante en el que se emiten más programas doblados. La mayoría de la gente ve películas y series dobladas. En muchas ciudades de España no existen siquiera cines que programen películas en versión original subtitulada, así que la demanda de traducción para doblaje es notable. Por otro lado, en los últimos años se han promulgado leyes destinadas a facilitar el acceso al subtitulado y a la audiodescripción de personas con minusvalías sensoriales, y que culminan con la aprobación de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, que obliga a todas las televisiones a emitir la mayor parte de su programación con subtítulos para sordos, lo que ha provocado un aumento notable de la demanda de traducción para subtitulado en los últimos cinco años. De otra parte, la gente ve cada vez más series pirateadas por internet (subtituladas), y esto está cambiando las preferencias de los espectadores, que tradicionalmente eran —y siguen siendo, estadísticamente— reacios a los programas subtitulados. ¿Qué falencias encontrás en las traducciones para cine y televisión en España? La principal es que las tarifas de traducción son muy inferiores a las de otros países de la eurozona, y los plazos de entrega son casi siempre cortos. Estos factores repercuten en la calidad, puesto que los traductores tienen que entregar un gran volumen de trabajo en poco tiempo para que el esfuerzo les compense económicamente. Las fallas son especialmente notorias en materiales que no son de ficción (documentales, investigación, reportajes…) en los que se necesita tiempo para documentarse debidamente y en donde es difícil encontrar profesionales especializados que trabajen con tarifas bajas, por lo que el trabajo termina haciéndolo, en muchos casos, profesionales no muy duchos en la materia. ¿Cuál debería ser el perfil de un traductor especializado en TAV? Tiene que ser una persona leída, con un léxico muy abundante y especialmente curiosa, muy adaptable y polivalente, porque si hay algo que caracteriza esta especialidad es la variedad de temas y registros. Un traductor audiovisual puede trabajar en el mismo mes con una serie de humor, un documental sobre fauna microscópica o una película histórica ambientada en el siglo xvii. Por eso debe ser una persona muy consciente de que, con su texto, tiene que dar vida —y sentido— a personajes y situaciones que poco o nada tienen que ver con su realidad. Debe ser capaz de abstraerse de su idiolecto, de su adstrado, de sus regionalismos… para poder aportar al guión las estructuras gramaticales y el léxico idóneos. Además de las fallas típicas (expresiones no comprendidas y mal traducidas, culturemas no adaptados…), la mayoría de los errores que encuentro en mi trabajo de control de calidad y revisión de traducciones tienen relación con lo antedicho: expresiones y léxico que no se corresponde a la época, con el contexto o con la edad de los personajes. En ocasiones, son errores que dejan entrever la edad del profesional: tanto un traductor joven que ignora expresiones anteriores a su época como traductores veteranos que no dominan un argot más juvenil. ¿Cuál es tu opinión acerca del mercado de América Latina en comparación con el mercado de España? Después de haber impartido clases en varios países de América Latina, la principal diferencia que veo es que el mercado no está tan profesionalizado, pero esto es más notable en México, porque su importancia en el mundo hispanohablante no se corresponde con el escaso número de facultades de Traducción y estudios de especialidad. Debida a la falta de profesionalización y a un público complaciente (como ocurre en España), las condiciones de trabajo y la remuneración son deficientes en toda América Latina. Además, los traductores de ese lado del océano aún no perciben una remuneración por los derechos de autor de los textos que traducen. Pero hablando en clave positiva: esto está cambiando mucho gracias a la globalización y al empuje de los propios profesionales latinoamericanos, interesados en dignificar la profesión, y también por los acuerdos, contactos e intercambios de experiencias y capacitación entre todos nosotros, dentro de la comunidad internacional de traductores hispanohablantes. Si bien hemos tenido el placer de contar contigo en varias ocasiones, esta sería la primera vez que dictarías una conferencia sobre traducción audiovisual en un evento del CTPCBA. ¿Qué esperas del público argentino? ¡Voy algo nervioso! Es la primera vez que voy al CITI 2015 en Tucumán, el motivo principal de mi viaje en esta ocasión, pero siempre he dicho que Argentina es mi segundo hogar. Como buen gallego, mis abuelos y sus hermanos montaron negocios en Suipacha y Tacuarí, y también en Montevideo. Guardo unos recuerdos magníficos de los cursos que vengo dictando en el país desde el 2004. Voy allá a enseñar y, a cambio, aprendo muchísimo y conozco a gente muy especial. Argentina se ha ganado un lugar de prestigio internacional por la cantidad y calidad de cursos de capacitación que se imparten para traductores e intérpretes. La profesionalización y especialización es galopante y muy estimulante. Sinceramente, ir a la Argentina para mí es siempre como «volver a casa». Hacer Comentario Cancelar RespuestaHaz login para poder hacer un comentario