Accesibilidad y audiodescripción: Clase magistral a cargo de la licenciada Pilar Orero TAVArgentina 8 julio, 2015 Adaptación, Audiodescripción, Doblaje, Encuentros y jornadas, Eventos, Realidad profesional, TAV Por María Soledad Gracia El jueves 2 y el viernes 3 de julio, la Comisión de Artes Audiovisuales se hizo presente en la clase sobre audiodescripción dictada por la licenciada Pilar Orero en el Centro Cultural Kirchner. Pilar es Directora del Máster Europeo en Traducción Audiovisual de la Universidad de Barcelona, miembro del Master of Interpreting and Translation Sciences de la Universidad de Trieste (Italia) y miembro del International Advisory Committee de la Universidad de Texas. Eso la convierte en una especialista en la materia ya que, además, cuenta con varios años de experiencia trabajando en este campo. A la clase asistieron profesionales de diversas áreas: locutores, técnicos de sonido, intérpretes de lengua de señas argentina, profesionales de la comunicación y, por supuesto, traductores audiovisuales, entre otros. Lo más interesante fue que, además, estuvieron presentes varias personas ciegas que son, en definitiva, los usuarios finales más importantes de la audiodescripción. Esta pluralidad nos permitió conocer cuáles son los diferentes actores que intervienen (o deberían intervenir) en este proceso y la importancia de que los grupos de trabajo sean interdisciplinarios, para que el resultado sea óptimo y el producto final sea útil. Además, dio lugar a un intercambio muy enriquecedor de opiniones y experiencias entre todos los participantes. Durante los dos días que duró el curso, Pilar logró ahondar en las distintas cuestiones que hacen a la audiodescripción. En primer lugar, nos contó acerca de los aspectos legales y normativos. Aprendimos que la agencia ITU, de la ONU, es el organismo especializado en telecomunicaciones y, por lo tanto, el encargado de crear estándares de accesibilidad y audiodescripción. Por su parte, en Argentina, la obligatoriedad de esta práctica está regulada y contemplada en el artículo 66 de la ley 26.522 «Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual». A continuación, hablamos de los orígenes de la audiodescripción y de dónde surge la necesidad de que el material audiovisual fuera accesible para las personas ciegas y otros usuarios. Así nos remontamos, por ejemplo, a la época del cine mudo, en la que había voceros que explicaban las imágenes para quienes no sabían «leerlas», o a la década de los cuarenta, en la que era frecuente que una persona ubicada al fondo de las salas transmitiera las películas por radio para la gente que no podía ir al cine porque vivía fuera de las grandes ciudades y no podía trasladarse. También analizamos quiénes son los usuarios de una audiodescripción. Llegamos a la conclusión de que, en principio y de modo general, los usuarios somos todos y cada uno de nosotros y, en especial y de modo particular, las personas ciegas y con problemas de visión, los ancianos y las personas con niveles bajos de alfabetización, así como también los estudiantes, ya sea con el fin de aprender lenguas extranjeras o de mejorar la redacción audiovisual. Ya adentrándonos más en el proceso de audiodescripción en sí, vimos cuál es el perfil de un audiodescriptor. Puede tratarse de un guionista, un descriptor/locutor, un traductor (ya sea de audiodescripciones existentes o como traductor/adaptador), un traductor de doblaje o un subtitulador. Sobre la tarea del locutor, aprendimos que, si bien suele ser preferible que quien describe lo haga con voz neutra para que no termine convirtiéndose en un protagonista más de la película, también hay que tener en cuenta que cada película tiene su propio clima y su propia demanda en términos de audiodescripción/locución. Por ende, la necesidad de que el locutor sea neutral o que, por el contrario, aporte emoción e intencionalidad a la descripción deberá analizarse en cada caso particular. Con respecto al proceso propiamente dicho, pudimos ver que consta de varias etapas: Escritura del guion: Se visiona y analiza el material audiovisual, se redacta la audiodescripción o se traduce una existente y, por último, se revisa el guion junto con el usuario final para determinar si es funcional o hay que hacer modificaciones. Grabación: Se decide si se hará una locución humana o automática, qué tipo de voz se va a usar, si será de hombre o de mujer y qué edad debe tener el locutor; por último, se graba la locución. Mezcla: Se mezcla la audiodescripción con el audio original y se hacen los ajustes pertinentes en cuanto a la sincronización del sonido con la imagen. Distribución: Se adapta la audiodescripción a la finalidad y al medio de difusión, ya que no se podrá usar la misma grabación para material que saldrá en DVD, en cine o en televisión, por ejemplo. Al comenzar el trabajo, es importante poder identificar y clasificar los silencios. Debemos saber que no siempre que haya un silencio será un buen momento para insertar la audiodescripción. Algunas veces, se trata de un elemento narrativo y, en esos casos, será necesario mantenerlo y no «pisarlo» con la locución. Por otro lado, sí se puede superponer la locución sobre una conversación en caso de que esta sea irrelevante para la trama de la película y deba priorizarse la imagen/acción que transcurre en pantalla (aunque la regla general sea que las conversaciones nunca se deben pisar). Por último, Pilar nos enseñó cuáles son los elementos más relevantes que se audiodescriben: los logos de las productoras/distribuidoras y los créditos que aparecen al principio o al final de las películas; los personajes (se debe identificar cuáles son los principales y cuáles los secundarios, decidir cuándo nombrarlos y cómo presentarlos de acuerdo con su físico, vestuario, personalidad, función, transformación o relación entre ellos, etcétera); y los escenarios y lugares donde se desarrolla la acción (se debe tener en cuenta cuál es la función de la ambientación y de la puesta en escena, que pueden usarse para situar dramáticamente la obra o para dar credibilidad a un personaje, por ejemplo; además de otros elementos como la iluminación, los decorados, los movimientos de las cámaras, si el escenario es natural o artificial, si está en el exterior o el interior, etcétera). Las representantes de la Comisión que tuvimos la posibilidad de concurrir a la clase nos fuimos muy satisfechas con todo lo aprendido durante esos dos días, así como con la calidad humana y profesional de Pilar, quien compartió desinteresadamente sus conocimientos y sugerencias con todos los asistentes en un entorno relajado y un clima de camaradería absoluta. A modo de conclusión, podemos decir que aún queda mucho camino por recorrer en nuestro país en términos de audiodescripción (desde lo normativo y también desde lo técnico) y que, tal como expresó Pilar, este trabajo no es una ciencia exacta, sino que podría considerarse un arte. Por lo tanto, no existe la audiodescripción perfecta, ya que se deben tomar decisiones todo el tiempo y habrá tantas audiodescripciones como «artistas» se dediquen a esta tarea. Hacer Comentario Cancelar RespuestaHaz login para poder hacer un comentario