Por Patricia Carballeda

La audiodescripción es una nueva forma de traducción audiovisual cuyo objetivo es aportar a las personas ciegas o con problemas de visión la información que les permita acceder a los contenidos visuales. El objetivo de la audiodescripción es traducir toda la información visual relevante para que pueda ser percibida sin que se pierda la función comunicativa.

La audiodescripción tiene un amplio ámbito de aplicación: la televisión, el cine, el teatro, la ópera, el museo, entre otros. Estos diferentes medios audiovisuales tienen características específicas que deben ser tenidas en cuenta para realizar productos que garanticen el acceso de los usuarios a la información.

Es importante tener en cuenta que la audiodescripción no solo es útil para personas ciegas, sino también para otras personas que no pueden disfrutar de los medios de cultura e información en condiciones óptimas; como por ejemplo, ancianos, disminuidos visuales y discapacitados intelectuales. Además, hay que considerar que hay personas ciegas de nacimiento y personas que han perdido la vista por un accidente o enfermedad. Estos distintos grupos tienen diferentes requerimientos, por lo que la audiodescripción debería satisfacer el mayor número posible de las necesidades de los potenciales usuarios.

Si bien Estados Unidos fue el primer país que comenzó a usar la audiodescripción, a principios de los años ochenta; el Reino Unido es donde ha tenido mayor desarrollo (el 20 % de la producción audiodescripta está hecha en ese país). En España se empezó a utilizar a fines de los años ochenta y, en la actualidad, hay diversos grupos provenientes del campo de la traducción investigando y haciendo propuestas con el objeto de mejorar la calidad de las audiodescripciones que se realizan. En Latinoamérica, el primer país que comenzó a hacer películas audiodescriptas fue la Argentina. La primera que se realizó fue la película …al fin, el mar, una coproducción argentino-cubana. Más adelante, comenzaron a realizar esta práctica Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Colombia.

En algunos países, se promulgaron leyes que reconocen el derecho de los discapacitados al acceso a la información y se crearon normas consensuadas con los distintos sectores involucrados con el objeto de implementar estándares que permitan crear productos y servicios con diseño universal.

En Argentina, la ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual hace referencia al subtitulado oculto, el lenguaje de señas y la audiodescripción como medios a utilizar para lograr el acceso de los discapacitados a los contenidos audiovisuales, espectáculos en vivo y programas culturales.

La reglamentación de esta ley establece la cantidad de horas mínimas de programación en las que se deben emitir contenidos con las distintas prácticas de accesibilidad. Además, dispone que tanto el subtitulado oculto como el lenguaje de señas y la audiodescripción deberán realizarse con tecnología de última generación, a los efectos de garantizar servicios de calidad, conforme a las buenas prácticas internacionales. Pero no existe ninguna norma que establezca pautas mínimas que realmente garanticen un servicio de calidad.

En España, se ha desarrollado la norma UNE 153020: «Audiodescripción para personas con discapacidad visual. Requisitos para la audiodescripción y elaboración de audioguías» que establece los requisitos de calidad que deben tener en cuenta las instituciones, empresas y profesionales que trabajen en la elaboración de producciones audiodescriptas.

En el Reino Unido, se redactaron las Directrices de la ITC (Independent Television Commission) «Guidance on Standards for Audio Description» que establece algunos aspectos técnicos y lingüísticos para la redacción de un guión de audiodescripción.

En Estados Unidos, las normas creadas por el Consejo Americano de Ciegos (American Council of the Blind) «Audio Description Guidelines and Best Practices» forman parte del proyecto «The Audio Description Project» que ha estudiado y desarrollado el tema con mucha profundidad.

Estos son algunos ejemplos de países que han entendido la verdadera importancia de la integración de los discapacitados sensoriales a la cultura y la información. No obstante, queda un largo camino por recorrer.

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