Por María Fernanda Salmodi

Deseo precisar, ante todo, que voy a referirme al tema del uso del lenguaje en los medios de comunicación desde el punto de vista que me compete, como traductora audiovisual, sin entrar en el debate propio de la actualidad de los medios de comunicación en nuestro país.

Creemos que es conveniente detenerse a reflexionar sobre lo referido y divulgar las principales razones por las cuales creemos necesario actuar en defensa de nuestro idioma y, en consecuencia, de nuestra cultura.

Hace algunos años, escribía en el diario La Nación el sociólogo y Secretario de Cultura de la Nación, Torcuato Di Tella: «…la deformación del lenguaje, en buena medida prodigada por los medios de comunicación audiovisuales, ha llegado a un punto alarmante. Y siendo el lenguaje la textura del pensamiento, se me ocurre que el problema es bastante grave.

Por desidia o ignorancia, los subtítulos de las películas traen errores que son horrores; se habla incorrectamente, con ligereza, a veces de manera procaz, sin respeto y a cualquier hora. La burla y las groserías son prácticamente muletillas en decenas de propuestas comunicacionales».

En la actualidad, sus palabras tienen tanta vigencia como entonces, y los traductores formados en los establecimientos educativos acreditados aún vemos la necesidad de aportar nuestra experiencia para revertir la situación planteada. Para ello consideramos que la colaboración de todos los actores relacionados con el lenguaje y los distintos medios es primordial y enriquecedora.

Por su presencia social, los medios de comunicación cumplen funciones recreativas, educativas y culturales, y los mensajes que se transmiten con errores o imprecisiones pueden, en ocasiones, causar el posterior uso incorrecto de la lengua.

El modo en que se habla en los medios no es, necesariamente, el reflejo del habla de las masas. En ocasiones, son los mismos periodistas, actores, productoras, comunicadores, traductores, aficionados o demás participantes del proceso de comunicación quienes, de modo más o menos directo, contribuyen a la creación de nuevas pautas.

Para alcanzar nuestro objetivo de profesionalizar el doblaje, el subtitulado y otros contenidos audiovisuales que llegan a los televidentes y a los auditorios de los cines, entendemos que es clave la participación de profesionales idóneos y especializados en las distintas disciplinas, hecho que contribuirá en gran medida a mejorar el producto que llega a la audiencia y a brindar un valor agregado, al producir traducciones de calidad y evitar la difusión de errores.

Creemos que, para un traductor audiovisual profesional, es indispensable la constante capacitación y actualización. Esto le permitirá sortear las dificultades que se plantean: los textos ligados a las imágenes, la necesidad de mantener el registro, la fidelidad al texto considerando que el público debe acceder fácilmente a la lectura y la correcta adaptación cultural, entre otras.

Estamos seguros de que el traductor profesional competente y capacitado en la materia específica puede contribuir a establecer nuevos estándares en la creación de pautas cuando su labor sea requerida.

Cuando defendemos nuestro idioma actuamos también en defensa de nuestros valores históricos y culturales, en contraste con una globalización creciente.

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