Por Mariana Costa

En el marco del VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación organizado por el CTPCBA, que se llevó a cabo del 21 al 24 de abril en el Palais Rouge, Nuria Sanmartín Ricart presentó su ponencia «Retos en la accesibilidad a los medios audiovisuales: la subtitulación para sordos y la audiodescripción para ciegos», una introducción sumamente enriquecedora para conocer estas dos prácticas que comienzan a aparecer cada vez con mayor protagonismo en la Argentina.

Dentro de la accesibilidad, además de la audiodescripción para ciegos y el subtitulado para sordos, también encontramos el rehablado y la accesibilidad web, que están cada vez más en auge. De todos modos, en esta ponencia, nos centraremos en las dos primeras actividades.

Comenzamos con el subtitulado para sordos o SPS. Es importante, antes de dedicarse a esta práctica, conocer un poco más cuáles son las características de la sordera, su clasificación y sus consecuencias a fin de poder brindar un trabajo que cumpla de la mejor manera la función que debe desempeñar. En España, existe la norma UNE 153010, que dicta recomendaciones para el servicio de SPS. Sin embargo, muchos no cumplen estas reglas y no reciben ninguna penalización por no subtitular de acuerdo con ellas.

Esta práctica consiste en informar al público con discapacidad auditiva de lo que se dice, pero también de todo lo que este no puede percibir por sí solo: la forma en la que se dicen los textos (tonos de voz, idioma), quién los dice y lo que se oye (ruidos ambientales, canciones y música).

Al igual que en el subtitulado estándar, se deben escribir dos líneas por intervención en la parte inferior de la pantalla, se le asigna una línea a cada personaje en caso de superposición de voces o diálogos rápidos y se sigue la regla de los seis segundos. Se suelen asignar colores a los personajes para que la persona sorda pueda identificar a quién corresponde cada texto. También es común usar sinónimos sencillos, evitar neologismos y mantener el orden habitual del español, de sujeto y predicado, para transmitir el mensaje de manera más clara.

Las didascalias indicadoras se subtitulan en mayúscula sostenida y entre paréntesis, y suelen ubicarse en el extremo superior derecho de la pantalla, aunque también se las ve delante de los textos de diálogos en el subtítulo inferior. Hay didascalias que indican el tono del personaje [(GRITA), (SUSURRA), (IRÓNICO), (ALEGRE), (TRISTE)]. Otras indican el idioma o quiénes están hablando [(AMBOS), (TODOS), (EN ITALIANO)]. Y también se usan didascalias para indicar la información sonora del ambiente [(MURMULLOS), (RISAS DE FONDO), (DISPAROS)]. En el subtitulado para sordos, se evitan las onomatopeyas.

Al hablar de la música y las canciones en el SPS, Nuria nos cuenta que «todavía está todo por hacer». Nos encontramos ante canciones ambientales y canciones integradas. Las primeras se suelen dejar más de lado y las segundas se suelen subtitular con didascalias o con el dibujo de una nota musical antes del texto.

Luego llegó el momento de la audiodescripción o AD destinada a las personas ciegas. Esta práctica consiste en aprovechar las pausas y los silencios en el texto de cualquier producto audiovisual para agregar los comentarios necesarios que ayuden al discapacitado visual a comprender mejor el texto. Se describe la acción, el lugar en el que se desarrolla la escena, las características de los personajes, el vestuario, el lenguaje corporal y las expresiones faciales. En España, existe la norma UNE 153020, que determina las recomendaciones para el servicio de audiodescripción para personas con discapacidad visual.

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Para que el público entienda un poco más de qué se trata, Nuria nos propone experimentar este proceso nosotros mismos. Para esto, pone un fragmento de una de las películas de Torrente sin imagen, solo con su audiodescripción. (Como dato curioso, todas las películas de Torrente se audiodescriben para ciegos y subtitulan para sordos). Al principio, solo escuchamos música, luego la descripción de la ropa y las acciones de Torrente. Luego vemos la escena con imágenes para comparar nuestras sensaciones al escuchar la audiodescripción con lo que realmente vemos en pantalla.

En el caso de las obras de teatro, en algunos lugares de Europa, se llevan a cabo touch tours, que consisten en acompañar a las personas ciegas al escenario, dejarles que lo recorran, se presentan los actores y se les permite tocar el vestuario para tener una mejor idea de qué es lo que pasará durante la obra. En general, el audiodescriptor de este tipo de producto audiovisual trabaja con un DVD del estreno, el guion, los comunicados de prensa y artículos publicados sobre la obra en distintos medios de comunicación. De esta manera, prepara el guion con la audiodescripción que ensaya con anterioridad a la obra.

También se hace audiodescripción de óperas. En este caso, hay diálogos, pero también piezas musicales cantadas, y el trabajo suele incluir una traducción-interpretación ya que las óperas suelen cantarse en otros idiomas y el audiodescriptor debe aportar el sentido a lo que se canta. En las óperas, se pueden pisar los diálogos y las canciones, pero no las arias, las piezas musicales cantadas y las piezas instrumentales más destacadas.

Si bien el audiodescriptor prepara su guion con anterioridad a las presentaciones, la audiodescripción de obras de teatro y de óperas se hace en directo, en la sala, pues los actores suelen hacer pequeños cambios que hay que tener en cuenta a la hora de audiodescribir.

Asimismo, es muy común la audiodescripción de obras de arte. En la página web del MoMA (Museo de Arte Moderno de Nueva York), se pueden encontrar ejemplos de obras de arte con audiodescripción. La idea es describir el tipo de obra, las dimensiones que ocupa, el soporte, el estilo y la época a la que pertenece, los personajes que retrata y las acciones que realizan. Son descripciones muy detalladas para las cuales se necesita mucha creatividad.

Sin dudas, estas dos prácticas relacionadas con la accesibilidad a los medios audiovisuales tienen todavía un largo camino por recorrer en nuestro país y en el mundo, pero es interesante que los traductores estemos atentos, nos especialicemos y ofrezcamos un trabajo de calidad.

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