Entrevista a Juan José Martínez Sierra, orador destacado del VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación TAVArgentina 10 junio, 2016 Accesibilidad, Audiodescripción, Capacitación en el extranjero, Capacitación en TAV, Entrevistas, Humor en TAV, Investigación en TAV, Premios ATRAE, TAV, Teoría y práctica de la subtitulación, VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación Por Estefanía Giménez Casset Juan José Martínez Sierra es Profesor Titular de Universidad del Departamento de Filologia Anglesa i Alemanya de la Universitat de València, donde imparte clases de traducción escrita y audiovisual, comunicación intercultural y lengua inglesa. Licenciado en Filología Inglesa (Universitat Jaume I, 1995), posee un Máster en Comunicación Intercultural (University of Maryland, Baltimore County, 2001, becado por la Comisión Fulbright) y un Doctorado en Traducción (Universitat Jaume I, 2004). Su investigación se ha dirigido, fundamentalmente, al ámbito de la traducción audiovisual y, de manera particular, al estudio de la traducción del humor, siempre desde una clara perspectiva intercultural. Hasta la fecha, ha publicado múltiples trabajos, entre los que se incluyen varios libros (como Humor y traducción. Los Simpson cruzan la frontera e Introducción a la traducción audiovisual) y capítulos de libros, numerosos artículos en revistas científicas, actas y reseñas. Asimismo, ha participado como ponente en diversos congresos y ha impartido diferentes conferencias invitadas, en ambos casos, tanto en foros nacionales como internacionales. Además de fundador y director de CiTrans, es colaborador de los grupos de investigación SILVA (Universitat de València) y TRAMA (Universitat Jaume I). También ha participado como jurado para la categoría de doblaje en los III Premios Atrae. Tuvimos el honor de contar con su presencia en Buenos Aires nuevamente, esta vez como orador destacado del VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación. Los invitamos a leer esta entrevista para conocer un poco más sobre su trayectoria. Ya has participado en otras actividades llevadas a cabo por la Comisión de Artes Audiovisuales del Colegio y has abordado temas como la traducción del humor para doblaje. Este año participaste como orador destacado del VI Congreso Latinoamericano de Traducción e Interpretación, dictaste talleres sobre accesibilidad y te referiste a la investigación en Traducción Audiovisual. Cada vez son más las áreas que abarca esta disciplina, y en muchos casos, el material teórico de referencia es escaso o, incluso, inexistente. ¿Cuál es la importancia de la investigación en esta rama de la traducción? ¿Cómo se investiga en Traducción Audiovisual (TAV)? Efectivamente, este año tuve el tremendo placer de regresar a Buenos Aires para llevar a cabo las actividades que mencionas. Respecto a las cuestiones que planteas, ciertamente el ámbito de la TAV no deja de expandirse. De ocuparnos de las consabidas modalidades del doblaje y la subtitulación, pasando por las voces superpuestas y algunas otras modalidades más desconocidas, los que nos dedicamos a esto hemos pasado a agregar a nuestras (pre)ocupaciones las modalidades propias de la accesibilidad (subtitulado para sordos y audiodescripción), la localización de videojuegos e, incluso, la traducción de cómics. Por suerte, el material teórico va en aumento. Tengamos en cuenta que la TAV existe desde que se originó el cine, puesto que la traducción de los primitivos intertítulos ya suponía un ejercicio de TAV. Sin embargo, no fue hasta la década de los noventa del siglo pasado (salvo escasas y altamente notables excepciones) cuando se empezó a dotar a esta práctica de un aparato teórico que la sustentara. En el siglo XXI hemos vivido, especialmente en el ámbito europeo (algo que se entiende si tenemos en cuenta las muchas lenguas que conviven en dicho marco), el boom de la TAV en todos los sentidos, con un crecimiento exponencial de la misma y con multitud de trabajos (libros, artículos, tesis doctorales…) que se han ocupado de, en mayor o menor medida, apuntalarla teoréticamente. Ahora bien, como sugieres, dicho desarrollo teórico no ha sido igual en todas partes, y existen zonas en las que, afortunadamente, está ahora germinando un genuino interés por dotar de base teórica a una práctica que tiene décadas de existencia. Con la investigación conseguimos, entre otras, tres cosas: 1) poner una etiqueta, un nombre, a aquello que hacemos en la práctica, 2) homogeneizar (al menos, tratar de hacerlo) dicha práctica y 3) predecir la práctica futura. Siempre he sido partidario de un diálogo fluido entre académicos y profesionales, puesto que entiendo que de esa simbiosis pueden nacer frutos que beneficien a todos. Por último, respecto de cómo se investiga, en estos momentos el paradigma que, seguramente, domina la forma en la que lo hacemos es el descriptivista. Dicho enfoque postula que el investigador debe ceñirse a describir la realidad, y no a prescribir cómo esta ha de ser. Sabemos que eres el fundador y director de un equipo de investigación sobre comunicación intercultural y traducción en la Universidad de Valencia. ¿Puedes contarnos cómo y por qué se ha conformado y cuáles son sus objetivos? El grupo se llama CiTrans (Comunicación Intercultural y Traducción) y se formó oficialmente a principios de 2015 con el propósito de fomentar la investigación en dos ámbitos tan apasionantes como relacionados, y también para contribuir a promover la visibilidad de la traducción en nuestra universidad. Así, prestamos atención, por un lado, a la comunicación intercultural, un campo en plena expansión, y, en segundo lugar, a la traducción, partiendo de la idea de que la actividad traductora es un claro exponente de interacción entre culturas. Se trata de un grupo de investigación que se funda con un espíritu marcadamente interdisciplinario y que, en estos momentos, está formado por cuatro miembros y tres colaboradores, todos vinculados a la Universitat de València, además de cuatro colaboradores externos. Nuestro objetivo principal es la investigación, algo que se irá plasmando en diferentes publicaciones y proyectos. También hemos organizado diferentes actividades celebradas en nuestra Facultad (jornadas, conferencias…), pensadas para nuestros estudiantes y siempre con la traducción como trasfondo. Podéis ver más detalles sobre nosotros aquí: http://citrans.uv.es/. Has dirigido innumerables trabajos de fin de grado, de máster y tesis doctorales relacionados con la TAV. ¿Cuáles son los temas que más llaman la atención a los alumnos a la hora de investigar en esta disciplina? De entrada, el ámbito de la TAV ya resulta atractivo de por sí, lo que no quiere decir que su estudio sea sencillo. En todo caso, y hablo desde mi experiencia, lo que noto que suele suscitar bastante interés son las cuestiones relacionadas con el humor y con los aspectos culturales de la traducción. Pero, como digo, esa es mi experiencia, y quizá sea así porque los estudiantes que vienen a verme para que les dirija algún trabajo normalmente saben o intuyen que esos son los temas en los que se suele mover mi investigación. ¿Cómo ves la realidad de este lado del Atlántico en cuanto a formación e investigación en Traducción Audiovisual, en comparación con la realidad española? En lo que a la TAV concierne, en España tenemos una actividad casi frenética, tanto profesional como académica. Yo siempre utilizo la palabra boom cuando hablo del caso europeo, tal y como he hecho en una pregunta anterior, y, muy especialmente, cuando me refiero al caso español. Son ya numerosos los centros universitarios que, en mayor o menor profundidad, ofrecen formación en TAV, y muchos los académicos que publican o van a congresos sobre este ámbito. Claro está que cantidad no siempre es equivalente de calidad, pero esa es la situación actual. En el caso de países como Argentina, Perú, México o Brasil, las noticias que me llegan es que en estos momentos se está produciendo un despertar académico, similar al que pudimos tener en España en la segunda mitad de la década de los noventa del pasado siglo. Quizás estemos en los albores del boom latinoamericano de la TAV. Una de tus especialidades es también la audiodescripción del humor en textos audiovisuales. ¿Puedes contarnos a grandes rasgos qué es la audiodescripción y cómo se enfoca el humor desde la adaptación de textos para personas con discapacidades visuales? Dicho brevemente, accesibilidad es el término que usamos para englobar prácticas destinadas a la accesibilidad a los medios audiovisuales por parte de las comunidades con problemas de visión u oído. Básicamente, aunque hay alguna más, nos referimos al subtitulado para sordos (SPS) y a la audiodescripción para ciegos (AD). En el caso de la AD, lo que se hace es incluir narraciones aprovechando los momentos en los que no hay diálogos. Dichas narraciones facilitan información al (tele)espectador sobre lo que ocurre en el plano visual; es decir, las imágenes se traducen a palabras, con objeto de que la persona ciega pueda recibir también la información que, inicialmente, viaja por el canal visual. Respecto de la AD del humor, es una materia sobre la que he podido estudiar algo y sobre la que aún falta mucho por investigar. De momento, lo que he podido constatar es que, habida cuenta de las limitaciones temporales del texto audiodescrito, la pérdida de elementos visuales potencialmente humorísticos es un hecho. Lógicamente, dicha pérdida está directamente relacionada tanto con la cantidad de texto audiodescrito que se logra incluir, lo que a su vez depende de los huecos que existan entre diálogos, como con la calidad del mismo (es decir, ser capaces de decir mucho con pocas palabras, tal y como hacemos con la subtitulación, por ejemplo, para aprovechar al máximo los normalmente escasos tiempo y espacio disponibles). Uno de tus talleres abordó el tema de traducción de cómics. ¿Cuáles son los ejes principales a tener en cuenta si queremos especializarnos en esta rama de la traducción? ¿Son compatibles los perfiles de traductor audiovisual, traductor literario y de cómics? La traducción de cómics es un campo apasionante porque en él confluyen nociones de diversos ámbitos. En el panorama actual, hay un consenso considerable sobre la consideración de la traducción de cómics como una modalidad más de TAV. El elemento visual es obvio, y también podemos encontrar el acústico; al fin y al cabo, las onomatopeyas, por ejemplo, no son más que la representación escrita de un sonido. Por otro lado, dependiendo del cómic en cuestión, las perspectivas literarias también pueden tener cabida. Por tanto, compatibilidad absoluta. Respecto de esos ejes, para ser un buen traductor de cómics o, en definitiva, de cualquier obra audiovisual, resulta crucial (obviamente, además del inevitable dominio de lenguas y culturas y de unas buenas habilidades de documentación y de resolución de problemas) conocer muy bien el producto que tenemos entre manos, sus limitaciones (restricciones espaciales o temporales) y las posibles formas de ayudarnos de lo que todo texto audiovisual nos ofrece (como la información que transmite la imagen), así como la idiosincrasia del mercado y de la industria en los que nos movamos. Y claro está, un buen manejo de las TIC. Le agradecemos a Juanjo su participación en TAV Argentina. 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