Por Natalia Wolinsky

El viernes 30 de septiembre y el sábado 1.º de octubre, la Comisión de Artes Audiovisuales del CTPCBA estuvo presente en la jornada «Puentes audiovisuales: Encuentro sobre accesibilidad y lengua de señas en televisión» organizada por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual que se llevó a cabo en la Asociación de Sordomudos de Ayuda Mutua (ASAM). Unas 150 personas sordas y oyentes se reunieron para pensar cómo se puede lograr la inclusión de las personas con discapacidad auditiva para que tengan acceso a la información de los medios de comunicación.

En la primera ponencia, la Defensora del Público en Servicios de Comunicación Audiovisual, Cynthia Ottaviano, realizó la presentación de la jornada y nos explicó el motivo del título «Puentes audiovisuales». Los intérpretes y traductores somos puentes de comunicación ya que conectamos culturas. Además, Cynthia nos habló sobre la historia y el objetivo de la Defensoría. Ottaviano fue nombrada Defensora por el Congreso Nacional a partir de la implementación de la Ley 26.522 de Servicios de Comunicación Audiovisual. Nos contó que la Defensoría surgió con dicha ley hace cuatro años y su objetivo es brindar capacitación sobre accesibilidad, trabajar por la comunidad sorda y garantizar los derechos de comunicación para todos. Al ser diferentes, tenemos que trabajar por la igualdad y, para esto, es necesario que los derechos se conozcan, ya que nadie puede reclamar un derecho que no conoce. La inclusión es un derecho de todos y una obligación de los funcionarios. Además, la Defensora nos contó que, cuando les preguntaba a los ejecutivos de los canales de televisión por qué no cumplen la ley de medios, la respuesta de ellos siempre era «por el costo». Es importante tener en cuenta que la inclusión no es un costo, sino una inversión.

La segunda ponencia fue «Derechos comunicacionales y de accesibilidad» y estuvo a cargo de diferentes oradores de ASAM, el Ministerio de Justicia, la Universidad Nacional de Quilmes y la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos (MAH). Se habló del Programa de Asistencia para Personas con Discapacidad en sus Relaciones con la Administración de Justicia (ADAJUS). La oradora definió la discapacidad como «deficiencia + barreras»; es decir, que no solo se trata de la deficiencia de la persona discapacitada, sino también de las barreras a las que tiene que enfrentarse todos los días. Para las personas sordas, entender el español es una barrera, ya que no comprenden que las palabras pueden tener significados diferentes en determinados contextos. Por esto es necesario el subtitulado, la presencia de intérpretes de Lengua de Señas Argentina (LSA) en los medios y que haya una buena formación para los intérpretes de televisión a fin de que no pierdan información al interpretar.

Luego, las oradoras de la Mutualidad Argentina de Hipoacúsicos nos explicaron la problemática que sufren las personas con hipoacusia debido a la falta de películas y series subtituladas, tanto en el cine como en la televisión. A estas personas, en general, les gusta el cine extranjero, pero en este momento no pueden disfrutarlo y sienten que, cuanto más avanza el doblaje, más se los discrimina. Además, las oradoras nos explicaron que los subtítulos que se ven en la televisión abierta muchas veces salen con errores de ortografía, mal sincronizados y hasta inconclusos. Para lograr un buen subtitulado, hay que tener en cuenta que la velocidad de lectura es más lenta que la del oído. Luego mencionaron la problemática con las empresas de cable como Cablevisión, que en su servicio HD ofrece películas y series subtituladas, pero es su servicio más caro, y muchas personas con discapacidad auditiva no pueden acceder a él. Cabe destacar que hay personas sordas o hipoacúsicas de edad avanzada que no saben Lengua de Señas, por eso la Ley de Medios establece que los subtítulos son obligatorios.

Luego del receso para el almuerzo, la traductora pública Mariana Dimópulos, docente de la Universidad de Buenos Aires, nos habló sobre el trabajo del traductor y del intérprete en su ponencia «Conceptos generales sobre traducción, interpretación y la tarea del/a traductor/a». La traductora nos contó que la traducción surgió hace 3000 años, pero aún es difícil de definir debido a la diversidad de lenguas. Pero, a pesar de esta diversidad, logramos comunicarnos. Estamos atravesados por la traducción en todos los ámbitos de nuestra vida, desde una película que vemos hasta un medicamento que tomamos. Es importante que el traductor entienda el sentido de lo que se quiere decir para lograr una buena traducción. Una teoría sobre la traducción afirma que se trata de equivalencias entre idiomas, pero la verdad es que no hay una receta fija para traducir. Luego, la traductora nos explicó la diferencia entre el trabajo de un traductor y el de un intérprete. El traductor tiene tiempo de pensar cómo va a traducir, mientras que el intérprete debe decidir en el momento, extraer el sentido y expresarlo en la lengua de llegada. Esto implica mucha actividad cerebral. Dimópulos también nos explicó que otra teoría sobre la traducción afirma que hay dos maneras de traducir: una de ellas es forzar la lengua de llegada (es decir, mantenerse fiel al texto, lo cual implica un riesgo de empobrecimiento de la traducción) y la otra es adaptar el mensaje a la lengua de llegada. El traductor es un enriquecedor de las lenguas y debe tener en cuenta el mensaje, el tipo de receptor y su función social al momento de traducir.

La siguiente ponencia fue «Consejos profesionales como protectores de derechos: el caso del Colegio de Traductores Públicos de la Ciudad de Buenos Aires (CTPCBA)», a cargo de las traductoras públicas Leticia Martínez, presidenta del CTPCBA, y Natalia Guerra, miembro de las comisiones de Labor Pericial, Español y Cultura del CTPCBA. Leticia nos habló sobre las asociaciones profesionales, que nacen por ley y tienen el objetivo de proteger al profesional y al cliente, establecer marcos de trabajo (por ejemplo, honorarios) y pautas de ética del profesional para con sus colegas. Además, Leticia nos contó la historia de cómo surgió el CTPCBA por la necesidad de los traductores de tener un colegio que los respaldara.

Por su parte, Natalia Guerra nos explicó los estándares de trabajo del intérprete y las diferentes asociaciones de intérpretes que existen. Para una buena interpretación, se necesita que el sonido funcione correctamente, que el intérprete pueda ver al orador, que no trabaje solo, que evite los relevos por falta de comprensión, que tenga la información antes de la conferencia y que trabaje por contrato y con condiciones de cancelación del contrato preestablecidas. Natalia también nos explicó que la interpretación es un proceso de tres etapas: la primera es la lengua madre, la segunda es discernir las frases y la tercera es la lengua de llegada. Está científicamente comprobado que el cerebro puede prestar atención durante veinte minutos durante una interpretación, por lo cual a mayor tiempo, mayor agotamiento y más posibilidades de cometer errores. La traductora también nos contó que el problema de los intérpretes en la justicia es que son convocados de a uno y deben trabajar muchas horas, a pesar de que lo ideal es que trabajen en equipo para poder turnarse. En el caso de la justicia, esto puede ser un riesgo ya que está en juego la libertad del acusado.

La última ponencia del viernes fue una mesa de diálogo sobre tecnicaturas de LSA con representantes de diferentes universidades de todo el país, en la que se habló sobre las carreras, los planes de estudio y los ámbitos de trabajo de los intérpretes de lengua de señas.

Ya en la mañana del sábado, fue el turno de la traductora María Laura Ramos, fundadora de la Diplomatura Superior en Traducción de Textos Audiovisuales, quien nos habló sobre los formatos de accesibilidad en los medios de comunicación: la interpretación en LSA, el subtitulado oculto o descriptivo y la audiodescripción. En general, la gente tiende a creer que los usuarios de estos tipos de accesibilidad son las personas sordas o ciegas, pero la traductora nos explicó que también son muy útiles para personas con capacidades cognitivas disminuidas y personas mayores. En el caso del subtitulado oculto o descriptivo, también es muy útil para la enseñanza del español para extranjeros y para niños. Luego, la traductora nos habló sobre el marco legal en cuanto a la cantidad de horas que debe haber de programas con audiodescripción según la Ley de Medios y en cuanto a la calidad del trabajo, sobre la cual la ley solo dice que el trabajo debe estar hecho «con equipos de última generación». A continuación, María Laura nos explicó las similitudes y diferencias entre el subtitulado descriptivo y el convencional. En cuanto a las similitudes, ambos tipos de subtitulado utilizan la misma cantidad de caracteres por línea, exigen que la sintaxis sea clara y requieren la misma segmentación (no separar unidades de sentido, preposiciones de nexos, etcétera). En cuanto a las diferencias, el subtitulado descriptivo es una reposición del canal sonoro, requiere que se identifique al hablante, los sonidos, la música y las onomatopeyas, y se coloca el subtítulo según la posición del hablante. En España, es común que se identifique a los personajes por color según su importancia, algo que no se hace en Argentina.

Luego, Mónica Bianchi, de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, disertó sobre la responsabilidad del intérprete de LSA y nos mostró ejemplos de cómo se incorpora al intérprete de LSA en la imagen, en distintos países de América Latina. Vimos un ejemplo de un noticiero realizado en lengua de señas, con una voz en off y subtitulado; es decir, pensado para personas sordas y subtitulado para personas oyentes.

Más tarde, Pablo Lemmo, asesor sordo del equipo de interpretación de lengua de señas del INADI, disertó sobre la figura del asesor sordo en un equipo de interpretación en su ponencia «El asesor sordo: un trabajo invisible, una solución visible». Nos contó que, en el año 2010, se incorporó el recuadro del intérprete de LSA en los discursos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Por este motivo, el INADI debió incorporar un asesor sordo profesional para ayudar a los intérpretes a mejorar la calidad de la interpretación. Lemmo destacó que el asesor sordo es un profesional, por eso no debe ser tomado como un ayudante ni como alguien que acompaña al intérprete. El asesor debe buscar información antes de la interpretación y, además, debe conocer bien el español y la cultura sorda. Para mejorar la calidad de la interpretación en lengua de señas, es necesario trabajar en conjunto con las personas sordas.

A continuación, Juan Manuel Bianco, del canal DeporTV, nos contó sobre la experiencia de los intérpretes de LSA en las transmisiones de eventos deportivos que realiza el canal. Además, nos mostró un video de la canción «Brasil, decime qué se siente», del último mundial de fútbol, interpretada en lengua de señas por una persona sorda. Destacó que las personas sordas son quienes mejor conocen la lengua de señas y, por lo tanto, deben tener su espacio para interpretar y trabajar con los intérpretes.

Fue una jornada muy enriquecedora en la que se pudo ver que hay varios puntos en común entre la traducción audiovisual y la interpretación en lengua de señas. La accesibilidad, el acceso a la información y a la comunicación, es un derecho que tenemos todas las personas y que debe ser respetado. Los traductores y los intérpretes tenemos un trabajo muy importante: somos los «puentes» para que ese derecho sea una realidad. Es importante exigirles a los funcionarios y a los medios de comunicación que la ley se cumpla y que nuestro trabajo sea reconocido y profesionalizado.

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