«Las distintas voces del doblaje»: Jornada-taller de doblaje para traductores audiovisuales

Por Mariana Costa

El sábado 19 de noviembre, la Comisión de Artes Audiovisuales del CTPCBA realizó su última jornada del año, que estuvo dedicada exclusivamente al doblaje. Contamos con la presencia de Sebastián Arias, director de doblaje con más de diez años de experiencia, quien ha dirigido recientemente el doblaje de la tercera temporada de Black Mirror para Netflix con resultados maravillosos; Gabriela Scandura, traductora especializada en TAV con más de 25 años de experiencia y el mayor referente en traducción audiovisual de la Argentina; y los actores de doblaje Hernán Palma y Alejandro Graue, quienes les han puesto la voz a grandes personajes de series y películas.

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El Auditorio Tsugimaru Tanoue del CTPCBA se llenó a las 9.30 para dar comienzo a la jornada de la mano de Sebastián Arias y su charla «El español neutro no existe: reflexiones y recomendaciones sobre su uso en el doblaje». ¿Qué es el español neutro y por qué podríamos decir que no existe? Recordemos que, en la Argentina, los traductores debemos realizar las traducciones para doblaje en un español que se entienda en toda Latinoamérica (con excepción de México, que hace las traducciones a su propia variante de español). El primer consejo que nos da Sebastián es hacer un buen uso del español. México nos acostumbró a ciertas palabras que no son necesariamente «neutras» y nos acostumbramos a seguir la corriente, a traducir según lo que escuchamos en las películas solo porque «nos suena más neutro». Queda claro que nosotros, como traductores argentinos, tenemos que eliminar el voseo. Mediante una encuesta que íbamos respondiendo los asistentes en el momento, analizamos algunos ejemplos. ¿Deberíamos decir «remera», «camiseta», «sudadera» o «playera»? La gran mayoría de los asistentes optaron por «camiseta» que, es cierto, es la palabra que se usa en más países de Latinoamérica. Sin embargo, lo cierto es que, elijamos la palabra que elijamos, siempre vamos a dejar afuera a los hablantes de algún país hispanohablante. Por ejemplo, en Venezuela, se dice «franela» y, en Bolivia y Chile, se dice «polera». A veces, hay que imponer o usar palabras que se van a entender por contexto y que no van a generar un problema y, de este modo, mantener la identidad de las distintas variantes del español.

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Por supuesto, la idea es usar la palabra que más países represente y utilizarla con su significado correcto. Veamos otro ejemplo. Es muy común escuchar en los doblajes la palabra «agujetas» para referirse a los cordones de las zapatillas. Según el diccionario de la RAE, esta palabra también significa «dolor muscular» y, en algunos países, hace referencia a una aguja o alfiler. Entonces, ¿por qué no podemos usar «cordones», que no representa ningún problema para ningún país? ¿Solo debemos usarla porque la escuchamos infinitas veces en las películas?

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Es cierto también que muchas decisiones terminan en manos de los clientes que, a veces, poco saben del uso del español y eligen una opción léxica por cuestiones comerciales o, simplemente, deciden prohibir el uso de una palabra determinada porque ya se la usó demasiado en los doblajes y quieren eliminarla de sus producciones audiovisuales. Este es el caso de «aquí», que se usó tanto en los doblajes que algunos clientes terminaron por prohibir su uso. También pasa en muchos casos que hay términos que aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer, como «retrete», que pasó a ser «inodoro» y ahora está volviendo a ser «retrete». O palabras que estaban prohibidas que, de repente, comienzan a utilizarse, como «zapatillas».

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En el doblaje con sincronización labial, se necesita una traducción que se adapte a los movimientos de la boca y a la métrica de las palabras. Hay ciertas expresiones que se ajustan mejor a la sincronía labial, como «te echaré de menos» en lugar de «te extrañaré» o «te voy a extrañar». Sin embargo, también se ve un abuso o uso indiscriminado de estas expresiones en momentos o circunstancias en las que es innecesaria una sincronía labial exacta porque el personaje no está en cámara, tiene puesta una máscara o, simplemente, no se le ven los movimientos de los labios. Como traductores audiovisuales, debemos saber diferenciar en qué momentos debemos sacrificar, quizás, la naturalidad del español y elegir una traducción más pegada al inglés porque la sincronía labial así lo exige y, en cambio, en qué momentos debemos privilegiar la naturalidad porque solo es necesario respetar la extensión de lo que se está diciendo y no debemos elegir las palabras por la cantidad de vocales o bilabiales que tienen.

Luego llegó el momento de Gabriela Scandura y su charla «Juegos de palabras, culturemas y otras dificultades de la traducción para doblaje». La traducción audiovisual es una traducción restringida. Nos vemos limitados por los tiempos, la velocidad del habla del orador, el uso de español neutro, los tipos de público, la sincronización labial, los distintos géneros o jergas y la audiocomprensión. Además, el material audiovisual nos presenta constantemente nuevos desafíos de traducción. Por eso, tenemos que estar siempre atentos a lo que sucede en el mundo. Por ejemplo, luego de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, las series y programas de televisión incorporaron chistes, referencias y juegos de palabras relacionados con el triunfo de Donald Trump. Como traductores audiovisuales, tenemos que estar atentos a estas referencias para detectarlas en todos los casos. Una buena manera de estar a la vanguardia de cómo se escribe hoy en día es analizar las publicaciones en redes sociales como Twitter y Facebook. Así descubrimos el uso de vocabulario nuevo como «hashtag», «followers», «unfollow», «polaroiding» y «adulting» que, sin duda, aparecerán en series y películas. Algunas palabras son más fáciles de traducir; otras, no tanto; y otras tienen un uso extendido en nuestro idioma, como «nerd» y «selfie».

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Otra de las restricciones de la traducción audiovisual son las imágenes. Nos encontramos con primeros planos que nos obligarán a elegir las palabras de nuestra traducción por su métrica y uso de vocales y bilabiales. También solemos toparnos con juegos de palabras asociados a imágenes, que nos obligarán a poner en práctica nuestra creatividad para encontrar un chiste en el idioma de llegada que use las mismas imágenes y cause el mismo efecto en el espectador. A veces, los plazos que nos dan los clientes para hacer las traducciones nos juegan en contra y no podemos encontrar la mejor solución en tan poco tiempo. Hoy en día, el trabajo del traductor es más complejo. Los textos audiovisuales son más complejos, la calidad de la imagen es mejor y le exige al traductor que preste más atención al detalle y el trabajo en equipo es mayor porque hay que traducir temporadas enteras de una serie en poco tiempo.

Son requisitos para el traductor audiovisual de hoy tener sentido común; prestar atención a la imagen y al detalle; seguir las guías de estilo de cada empresa pues, en definitiva, no nos queda otra opción, en algunos casos, que seguir sus decisiones; ir más allá del trabajo encomendado y, por ejemplo, ponernos en contacto con el director de doblaje y los actores antes de comenzar un trabajo a fin de unificar criterios y delinear metodologías de trabajo; dominar el español neutro; tener un excelente manejo del español; tener un excelente manejo del inglés, de su gramática, del inglés informal y de frases idiomáticas; tener una excelente audiocomprensión; y, por último, saber trabajar en equipo con nuestros pares y con profesionales de otras disciplinas que formen parte del proceso de doblaje.

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Después del almuerzo, llegó la hora de encontrarnos con los actores de doblaje Hernán Palma y Alejandro Graue, que tendrían a su cargo dos temáticas: «Adaptación para doblaje: procesos, técnicas y anécdotas» y «Ser la voz detrás del actor: primeros pasos para convertirse en doblajista». Traducir para doblaje, traducir un guion y adaptarlo, «es un arte» fue lo primero que nos dijo Hernán. Es inevitable que en la sala de doblaje se cambien cosas del guion traducido pues, en ocasiones, hay que marcar pausas o hacer cambios relacionados con la forma de hablar de cada actor; pero, si el trabajo lo realiza un traductor profesional especializado, no deberían tener que cambiar cosas porque se encuentran con errores de traducción o de sentido. Es importante que el traductor tenga en cuenta qué género está traduciendo, pues cada género se traduce de manera distinta y debe abordarse de forma distinta desde el punto de vista de la actuación y, también, diferentes formas de llevar adelante la dirección del doblaje. Cuando varios traductores son los encargados de hacer la traducción de distintos capítulos de una misma serie, en general, son los actores de doblaje y el director quienes detectan las incoherencias de un capítulo a otro: diferencias en los nombres de los personajes, mismas cosas traducidas de manera diferente, etc.

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El actor debería poder olvidarse del texto y dedicarse a actuar. No debería tener que estar pendiente de la calidad y precisión de la traducción y de la adaptación. Pero, muchas veces, los traductores no reciben los videos para hacer la traducción y se cometen errores que deben salvarse, si se los detecta, en la sala de doblaje: cambios de género (por ejemplo, se encuentran con frases como «Es mi mochila; dámelo») y falta de diálogos de fondo (por ejemplo, en una escena en un restaurante en la que, claramente, además de las conversaciones de los protagonistas de la película, se escuchan las conversaciones de otros comensales, que generan el sonido ambiente adecuado), entre otros. Además de respetar el uso del español neutro, los traductores debemos estar atentos y evitar frases que podrían generar una reacción distinta a la esperada en el espectador o que podrían entenderse con doble sentido en la lengua meta. En el caso de incluir palabras en otro idioma y de algunos nombres propios, es importante que el traductor incluya en el guion traducido cuál debe ser la pronunciación correcta para evitar que distintos actores, es decir, distintos personajes en una misma serie o película pronuncien una misma palabra de distinta manera. El doblaje tiene que sonar creíble desde todo punto de vista: desde el texto y las palabras que se dicen hasta la voz y la actuación. Es por esto que los actores de doblaje tienen que saber interpretar a cada personaje y, para hacerlo, la postura del cuerpo marca la diferencia.

Antes de cerrar sus charlas con algunas actuaciones en vivo de sus personajes más conocidos, Alejandro y Hernán nos contaron sus inicios y sus historias. Nos contaron la perseverancia que tuvieron para lograr sus objetivos. Comenzar a trabajar como actores de doblaje no fue tarea fácil. Transformaron las críticas iniciales en enseñanzas, no se dieron por vencidos y formaron un criterio propio que les permitió triunfar.

Para el cierre de la jornada, todos los oradores participaron de una mesa redonda, en la que conversamos sobre «El mercado del doblaje en la Argentina desde una perspectiva interdisciplinaria». A raíz de la encuesta realizada por la Comisión de Artes Audiovisuales en la que los espectadores comunes expresaron que preferían el subtitulado al doblaje, quisimos saber si, para los oradores, esta preferencia podía afectar el mercado del doblaje en nuestro país. Todos estuvieron de acuerdo en que el doblaje es un servicio y que la llegada de los servicios de streaming permite darles la opción a los espectadores de elegir la versión subtitulada o la versión doblada. Darles esta opción a los espectadores se ha convertido, prácticamente, en una obligación para los empresarios de la industria. El público quiere cosas distintas según el momento. Cada vez hay más medios y cada vez hay más opciones. Es indudable que el doblaje ha crecido mucho en nuestro país en los últimos años, no solo en cantidad de doblaje hecho en la Argentina, sino también en cuanto a la calidad. Y esto último está logrando desterrar los prejuicios que existen sobre el doblaje argentino. Es cierto que, si logramos ofrecer un doblaje de excelencia desde todo punto de vista (traducción, dirección y actuación), nos convertimos en competencia para países en los que el doblaje tiene una historia y una trayectoria de más de setenta años, como es el caso de México. La historia del doblaje en la Argentina no se remonta a un pasado tan lejano, y eso genera que no existan en nuestro país actores de voz de cincuenta o sesenta años y que tampoco haya, en la actualidad, una gran cantidad de actores especializados que puedan ofrecer un servicio de calidad.

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El común denominador de todas las charlas fue la pasión y el trabajo en equipo. Si todos trabajamos con pasión en lo que hacemos, la calidad se verá reflejada en el producto final y podremos defender nuestro trabajo y hacernos cargo de nuestras decisiones profesionales. Asimismo, trabajar en equipo, establecer un diálogo entre traductor, director y actor nos permite pulir muchas cuestiones que también tendrán como resultado un trabajo de excelente calidad. Les agradecemos a los más de 70 colegas que compartieron con nosotros este gran encuentro.

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