Ceceo sí… seseo no: las marcas fonéticas y su rastro en las modalidades audiovisuales

Por Paula A. Galera.
En mayo de 2025 se estrenó la segunda temporada de la serie Nine Perfect Strangers en la plataforma Amazon Prime Video y, como en la primera entrega, nos encontramos nuevamente con un popurrí de historias altamente sensibles que convergen en un lugar y con un propósito en común.
Para empezar, es conveniente hacer una brevísima sinopsis de la segunda temporada para ponernos en contexto con los nuevos personajes y también con los anteriores, como es el caso de la misteriosa Masha, interpretada por la actriz Nicole Kidman, una excéntrica terapeuta que lidera un retiro muy costoso. Este inmenso resort está enclavado en los Alpes austríacos y no tiene otras edificaciones alrededor ni señal para dispositivos electrónicos, es decir que, apenas llegan, los huéspedes quedan completamente aislados del mundo y de toda distracción.
El flamante grupo de pacientes llega con la intención de encontrar esa tan ansiada paz mental y bienestar emocional, ya que sus vidas se encuentran en una suerte de estancamiento y tienen una gran dificultad para relacionarse con sus entornos más íntimos, como su familia y sus parejas.
La trama se desenvuelve entre secretos familiares, traumas que se remontan a la infancia, venganzas, desencuentros entre padres e hijos, frustraciones en el ámbito profesional o vocacional, y cuestiones de creencias religiosas que se ponen en tela de juicio por circunstancias que llegan a un punto de inflexión.
Masha, en su calidad de guía y terapeuta implacable, los guía en este proceso de desintoxicación mental con la ayuda de una terapia que aún se encuentra en estado experimental, con drogas psicodélicas que ella misma va graduando a medida que avanzan en sus procesos personales.
Ahora, analicemos un personaje muy particular o, mejor dicho, dos que se encuentran entrelazados.
Uno de ellos el de Brian Tumkin, interpretado por el actor Murray Bartlett, un expresentador y titiritero de un renombrado show de televisión infantil, famoso por su marioneta Jessie, un tierno oso de peluche que interactúa con los niños con gran ductilidad y empatía. La carrera de Brian termina catastróficamente cuando, en un rapto de furia y a los gritos, destruye algunos objetos del set televisivo en vivo, provocando el desconcierto y espanto de los niños y de las familias que seguían el programa con entusiasmo.
Así llega Brian a este resort, desacreditado, lleno de frustraciones y enojos, con una maleta plateada en la mano, que cuida celosamente, en donde se encuentra su querido oso Jessie. Cuando el oso cobra vida en el capítulo 2, específicamente, podemos escuchar su voz y observar un dato curioso: Jessie presenta un ceceo o lo más parecido al ceceo en el idioma español. ¿Y por qué no afirmar que es ceceo directamente? Porque, en realidad, no es un rasgo que caracteriza a la lengua inglesa, entonces, lo tomamos como referencia y como un matiz que se ajusta a las características del ceceo.
Es atinado detenerse aquí para explicar los términos ceceo y seseo, ya que no son lo mismo y pueden prestarse a confusión cuando no se conocen su significado y su procedencia. Para esto, nos sirven de apoyo fuentes como el Diccionario de la lengua española y el Diccionario panhispánico de dudas, de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española.
El ceceo consiste en pronunciar la letra s con una articulación similar a la que corresponde a la letra c ante las vocales e, i o a la letra z en las hablas del centro, norte y este de España, mientras que en el seseo sucede lo opuesto, es decir, se pronuncia la letra c ante las vocales e, i y la letra z con la articulación que corresponde a la letra s. El seseo es general en toda Hispanoamérica y, en España, especialmente en la zona sur de Andalucía.
Para resumir, en el seseo se pronuncia la z como una s, mientras que en el ceceo se pronuncia la s como una z o, en España, una c, porque en dicho país el fonema c se pronuncia como una z cuando va seguido por las vocales e, i.
Podríamos inferir que este ceceo en la voz del oso Jessie funciona como rasgo estilístico para hacer que el personaje tenga una cadencia y un timbre de voz diferentes y más asociados al mundo infantil. Su voz suena infantilizada con un tono a veces más agudo. Todo esto transmite cierta inocencia y sensibilidad, como si Jessie no fuera adulto, sino un niño más interactuando con ese mundo mágico. También podríamos considerar el proceso evolutivo que se da en el aprendizaje, en formación y producción de sonidos a estadios tempranos de la infancia. Los niños pueden distorsionar o modificar los sonidos hasta que llegan a dar con el sonido correcto.
Ahora, veamos cómo se abordan este tipo de rasgos reflejados en el área del subtitulado y del doblaje, respectivamente.
De hecho, no vemos referencia al ceceo en el subtitulado en close caption, por ejemplo, pero sí lo escuchamos en la versión original en idioma inglés y se replica en el doblaje al español latinoamericano y de España, y de manera más tenue en francés y en italiano.
La omisión del ceceo o de este rasgo fonético similar en la voz de Jessie podría llegar a deberse a su interpretación como un matiz fonético que no parece ser esencial para la trama de la historia y que tampoco aporta más claridad a la parte narrativa. No obstante, es oportuno plantear un interrogante o una inquietud sobre lo que podría perderse cuando un rasgo verbal relativamente menor queda invisibilizado en el texto, como en la modalidad de close caption, por ejemplo; aunque, por otro lado, sabemos que este tipo de subtítulos se enfocan más en la inteligibilidad y la claridad de la narrativa. Una breve descripción de este rasgo en particular, en este caso, podría enriquecer la experiencia de los espectadores que tienen una dificultad leve o severa en la audición. La discusión al respecto siempre va a ser muy enriquecedora, ya que nos interpela y nos invita a la reflexión y a posibles búsquedas de otros rasgos fonéticos iguales o diferentes.
También es importante el planteo de otros puntos, como, por ejemplo, cuán fieles deben ser los subtítulos a estos matices o rasgos fonéticos y emocionales en el habla.
Es fundamental ver no solo lo que abarca el subtitulado, sino también lo que no, y de qué forma se resuelve. De algún modo, este artículo surge con ese fin.
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