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El «hallyu» en la actualidad: un glosario de coreano

Por María Virginia Conte.

Es un hecho que el hallyu, conocido como la ola coreana, llegó para quedarse. Cada día vemos cómo las series coreanas van conquistando las plataformas de streaming. Sin embargo, este tipo de contenido no es nada nuevo.

En la Argentina, ya por el año 2016 Telefé rompió el molde en el género de las novelas en su pantalla y transmitió Escalera al cielo, una serie de Corea del Sur muy exitosa, emitida en su país de origen entre los años 2003 y 2004. Tras su final, insistió en este tipo de novelas y emitió Mi amor de las estrellas, una serie de 2013, un poco más contemporánea. Ambas series estaban dobladas.

Lo cierto es que para 2016 este género tampoco era tan novedoso. Los dramas asiáticos siempre han tenido grandes cantidades de fanáticos de distintos rangos etarios. Sin embargo, en Latinoamérica este contenido estaba reservado a aficionados y se podía consumir a través de plataformas específicas que no tenían tanta publicidad en occidente. Estas plataformas se caracterizan por utilizar fansubbing para hacer este tipo de contenido accesible a otros idiomas y culturas. Por ende, era traducido por equipos de aficionados que contaban con bastante libertad para elegir el enfoque para transmitir aquellos elementos culturales del idioma de origen (tratos, onomatopeyas, nombres de comidas, etc.) a la cultura meta.

Fue evidente que un día los gigantes del streaming notaron que había un público que quería tener ese contenido en sus pantallas, y no dudaron en dar el paso. Hoy, incluso cuentan con coproducciones y producciones propias. Sin embargo, esto trajo un nuevo desafío en el mundo de la traducción audiovisual.

El traductor audiovisual siempre se ha enfrentado al desafío de adaptar elementos culturales, chistes y juegos de palabras con las limitaciones de tiempo y espacio que este trabajo requiere. Pero ¿qué pasa cuando nos golpea una ola con una cultura tan diferente, en la que muchísimos elementos no son nada transparentes? Generalmente, al traductor de español le llega este contenido ya traducido del coreano al inglés y, a menudo, esas traducciones están llenas de préstamos en forma de palabras romanizadas. Estos elementos suelen conservarse para referirse a comidas, celebraciones típicas, vestimenta e instrumentos, y hasta para marcar los tratos.

Y si a eso le sumamos las exigencias de las guías de estilo, el desafío resulta inmenso. Un ejemplo muy común es el caso de una comida coreana callejera, llamada teokkboki. Si tuviéramos que traducir este término, deberíamos hacer una traducción explicativa, como por ejemplo «pasteles de arroz en salsa picante». Y, si bien esa es una traducción bastante escueta, posiblemente necesitaríamos dejar de lado otros elementos para cumplir con los estándares de CPS y CPL, principalmente en subtitulado. Y ahí el traductor se pregunta: ¿y si me quedo con el término original?

Los aspectos culturales también afectan los tratos y la forma en que la cultura meta los percibe. En occidente, no utilizamos honoríficos o palabras familiares para referirnos a nuestro entorno en general. Y por eso es necesario tener conocimiento sobre ambas culturas, para no malinterpretar dichas palabras honoríficas. Dicho esto, presentamos un recurso para facilitar la vida del traductor audiovisual, particularmente de español, cuando le toca enfrentarse al reto de traducir contenido de una cultura tan rica como la coreana, aunque inmensamente diferente. Se trata de un glosario en el que podrán encontrar una gran cantidad de términos categorizados, con explicaciones y sugerencias de traducción para simplificar la tarea del día a día. Esperamos que este trabajo les resulte útil, ya que fue creado con esa finalidad.

Sin más preámbulos, podrán encontrar el glosario aquí.

¡Y a conquistar nuevos desafíos de traducción!

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